"Fue un personaje único en la vida de nuestro héroe. Sufría de obesidad mórbida y tenía que ser trasladado a hombros por sus lacayos. Comía hasta el hartazgo... quizá no tanto como Goliath; pero, a diferencia de nuestro buen "Cascanueces", el tirano aquél ni se movía (...). No creo que tuviera muy sanas las caderas y seguro... que sus cabezas femorales no podían soportar por tiempo prolongado todo el peso de su descomunal barriga (...).
Ésa debió ser la salud del Conde Kraffa. Todo un misterio. Pero con todo... el gran misterio fue verlo aparecer años más tarde ocultando su verdadero rostro bajo un horrible yelmo con forma de cefalópodo. Por eso le llamaban "El Pulpo" (...).
Por eso, en aquella época, sólo un hechicero o un eminente médico adelantado a su tiempo, pudo haberle ayudado... ¿Quizá el Dr. Mágico antes de que éste se encontrara con Trueno? Nunca lo sabremos. Tal vez fuese sólo el afán de venganza lo que lo mantuvo vivo.
Fuera como fuese, el tapiz que tenéis ahora ante vosotros se diseñó ya hace algunos años. Hoy lo reenvío remozado y animado".
Ebravor.
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