
Rajnakriss era un tío feo. Seguro que más feo que la máscara tras la que ocultaba su rostro. Además, debía ser un personaje malo malísimo. Pero era un tipo listo. Tenía un brebaje que anulaba la voluntad y convertía en esclavo juramentado al que lo bebía. El Capitán Trueno fue obligado a beber aquella pócima y se transformó en un juramentado más. Aquello ocurrió hace años. Víctor Mora escribió el guión y Ángel Pardo dibujó la historia.
Sea este tapiz un homenaje al bueno de Rajnakriss. Comparado con los hipócritas del mundo actual... era un bendito.